domingo, 23 de noviembre de 2014

¿Qué es el Santo Rosario?

¿Qué es el Santo Rosario?

Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz.

La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le están dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la mas importante de todas.

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.

La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rápidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados.

Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar preeminente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santísma Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es así como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santísima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes.

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.

El Santo Rosario prolonga la vida litúrgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia.

El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que llegamos a Jesús Salvador a través de María Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se genero una gran devoción por la Virgen María; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explicita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: María es Madre de Dios Redentor es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo.

El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santa Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida, Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y nos una más estrechamente a María para vivir auténticamente nuestro cristianismo. 

viernes, 21 de noviembre de 2014

preguntas a los "Testigos de Jehová" y unas palabras de exhortación

UNAS preguntas a los "Testigos de Jehová" y unas palabras de exhortación




1. -UNAS PREGUNTAS A LOS T. DE J.


I. Sobre vuestro Fundador


125. -Es un hecho común que todos honran y recuerdan a quien ha sido el autor de su vida, ya sea física, ya sea moral. Pero noto que los Testigos de Jehová han relegado al olvido, a lo menos para la masa de sus correligionarios, a su Fundador, Carlos Taze Russell (1852-1916). Con todo es cierto que Russell es vuestro fundador. Puesto este hecho histórico, os pregunto:


1° ¿Creéis que Russell es infalible en su doctrina religiosa? si lo creéis infalible, ¿cómo demostráis esta infalibilidad? ¿Cómo explicáis su equivocación en la profecía de la 21 llegada de Cristo para el 1914? ¿Y sobre "el pleno establecimiento del Reino de Jehová, completado en el correr del año 1915"? ¿Aceptáis la explicación que da el mismo Russell que al ver en 1915 que la profecía no se había cumplido, dijo que esto fue "para que ten-gamos una ulterior oportunidad para perfeccionarnos en la santidad" (a future opportunity for perfecting holiness)?


Si no creéis que Russell es infalible, ¿cómo os animáis, oh T. de J., a creer en una religión fundada por él? ¿Cómo os atrevéis a poner el problema de vuestra eterna salvación o condenación en manos tan inseguras, aún suponiéndolas reatas?


127. -2° Otra pregunta: ¿por qué los 7 volúmenes de "estudios Bíblicos" escritos por Russell y editados en los años 1886-1917 (el último volumen es póstumo) fueron sustituidos? (Consultad vuestra revista "Torre di Guardia" 1-1-1956). ¿Acaso, no creéis más en vuestro Fundador?


2ª Sobre la Biblia


128. -1º ¿Admitís, o rechazáis el libre examen?

Si lo admitís, ¿por qué no consideráis legítimas también las interpretaciones de la Iglesia Católica

Si no lo admitís, ¿cómo probáis vuestra infalibilidad, y esto a pesar de vuestras variaciones en la interpretación de la Biblia? (vean los n. 27-83-84-85 de este escrito).


129. -Vosotros tenéis como fuente -de revelación sólo a la Biblia, ¿o tenéis también como reveladas e infalibles vuestras revelaciones? En este último caso, cómo probáis que estas revelaciones son reales y además infalibles.


130. -¿Por qué, oh, T. de J., adoptáis la Biblia ProtesItante que no tiene los siguientes libros

Tobías

Judit

Sabiduría

Eclesiástico


Baruc los 2 Macabeos a pesar que todos estos Libros están en 'la Traducción de los Setenta, ¿que es la que usaban y citaban ordinariamente los Apóstoles?


No aceptáis la tradición de la Iglesia y recibís la tradición, por demás variable, de los Protestantes.


131. -¿Por qué rechazáis las notas católicas, pero las ponéis vosotros con vuestra interpretación? Además, ¿por qué admitís las notas protestantes? En efecto, cómo ¿podríais afirmar que "Adán escribió las cosas que pasaron" (De Paraíso Perdido… pág. 65) en base a Gen. 2:4 y 5:1, sino por las notas en la "Traducción del Nuevo Mundo"? ¿Cómo concordáis todo esto con el Libre examen?


132. - Pretendéis que los Católicos prueben sus verdades con la Biblia y sólo con la Biblia, y os pregunto: 1º — ¿Por qué vosotros tenéis como ciertas vuestras revelaciones, que no están en la Biblia y las difundís? 2º - ¿Podéis probar con la Biblia que toda la Revelación está en la Biblia? ¿No veis que exigiendo que todo se pruebe con la Biblia, vais contra la misma Biblia?


II. -UNA PALABRA DE EXHORTACIÓN


133. -Hermanos nuestros en Jesucristo, nacidos entre los Testigos de Jehová, o pasados a ellos, quiero suponer y creer que estáis en buena fe y no en mala fe. Con todo, os probé que estáis n el error.


134. -En vosotros alabo un cierto espíritu de piedad y una noble constancia en el estudio de la Biblia, pero, examinad con calma y delante de Dios el presente escrito y veréis que estáis en el error del cual, con la gracia de Dios, deseo que salgáis pronto para asegurar vuestra eterna salvación.


135. -Como yo, antes de combativos para vuestro bien, estudié en vuestros libros, vuestra Religión, así vosotros antes de rechazar la religión Católica, estudiadla en nuestros libros o por lo menos en libros imparciales.


136. -Considerad que Jesús fundó una sola iglesia (Mateo 16:18), y que la fundó sobre San Pedro. Meditad que Jesús prometió su asistencia perenne a la misma Iglesia, y que si hubiera ;permitido en ella el error, habría faltado a su palabra.


137. -Pensad que casi todas las sectas modernas son hijas o nietas del Luteranismo que cambió la fe tradicional, por lo tanto introdujo una nueva fe; fe que varia indefinidamente entre las numerosas sectas que se originaron de él. Ahora, hay que observar que la fe de Cristo, como el Bautismo, es una. (Efe. 4:5).


138. -Si Lutero hubiera "querido introducir una reforma, y la hubiera introducido en la moral, sería un verdadero reformador; habiéndola introducido en la fe, es un deformador.


139. -Estudiad bien y veréis que en muchas sectas se fomenta una verdadera aversión al clero y especialmente al Papa, meditad y veréis que esto no es evangélico.


Véase especialmente, "Despertad". La Iglesia Católica en el siglo veinte. Número especial. 8-1-1961. 117 Adams Street, Brooklyn.


140. -Testigo de Jehová: Estudia y medita este opúsculo, y especialmente estos tres puntos:

I Jesús es Dios

II El alma es inmortal


III Cristo no empezó su reino, ni realizó su segunda venida en 1914.




¡Ana la Verdad y huye del error!




FUENTES DE ESTE ESCRITO


Il Protestantismo ieri e oggi de Antonio Piolanti - Librería Editrice Religiosa F. Ferrari 1958.


Giuseppe Lanzoni. Estudio y Testimonio de Geova, (pág. 432-446 del libro "I1 Protestantismo ieri e oggi"). Libros "Estudios Bíblicos", de Carlos Taze Russell. 7 volúmenes (1886 - 1917).


Rutherford (o a él atribuidos) son: Salvación - La Verdad os hará libres - Sea Dios reconocido verídico (1949) - El Reino está cerca (1950) - Esto significa vida eterna.


Opúsculos: La alegría para todo el mundo (30 pág.) - El conductor de los pueblos (30 pág.) - La Cristiandad o el Cristianismo (32 pág.) - Gobernador permanente de todas las naciones (30 pág.) - Paz: puede durar (30 pág.) - Los mansos heredarán la tierra (30 pág.) - Libertad del nuevo mundo (30 pág.) - ¿Podéis vivir para siempre en la felicidad sobre la tierra? (30 pág.) - Protección. ¿Cómo puedo hallarla? (56 pág.) - La Religión recoge tempestad (65 pág.) - Regocijaos oh naciones (30 pág.) - La esperanza del reino de todo género humano (30 pág.) - Los Testigos de Jehová en el crisol (31 pág.) - La Religión, ¿resolverá la crisis mundial? (30 pág.) - El anuario Vigía (mensual de unas 200 pág.).


Escritos sobre los Testigos de Jehová:


C. Algermissen. La Chiesa e le Chiese - Brescia 1942. L. Ledit. Les Térmoins de Jehovas. Montreal 1943. C. Crivelli. Piccolo Dizionario delle Sette Protestante. Rama 1953.


F. Spadafora. Testimoni di Geova. Rorrigo 1951.


G. Lanzoni. Y. Testimoni di Geova. 3 vol. Faenza 1952 - 1953.


Pietro Chiminelli - Protestantismo - Roma, 1955. Himberto Muñoz - Los Testigos de Jehová, 1958. Además la bibliografía que cita "De Paraíso Perdido a Paraíso recobrado" que es la siguiente (Edit. Watch-tower - 117 Adams St., Brooklyn): ¿Qué ha hedho la religión para la humanidad? - Nuevos cielos y una nueva tierra - Esto significa vida eterna - Usted puede sobrevivir al Armagedon y entrar en el nuevo mundo de Dios - Equipado para toda buena obra - Capacitados para ser ministros - Concordancia de la Santa Biblia. Libro principal: "De Paraíso Perdido a Paraíso recobrado" - Brooklryn U.S.A. 1959.





Fray Antonio de Monterosso, O. F. M. Cap.





sábado, 8 de noviembre de 2014

la oración por los difuntos ha sido una costumbre que no se ha interrumpido nunca.

Desde los comienzos del cristianismo y aún antes -en la tradición judía- la oración por los difuntos ha sido una costumbre que no se ha interrumpido nunca. 


Antiguo Testamento

Y, porque consideró que aquellos que se han dormido en Dios tienen gran gracia en ellos. Es, por lo tanto, un pensamiento sagrado y saludable orar por los muertos, que ellos pueden ser librados de los pecados" (2 Mac. 12,43-46).

En los tiempos de los Macabeos los líderes del pueblo de Dios no tenían dudas en afirmar la eficiencia de las oraciones ofrecidas por los muertos para que aquellos que habían partido de ésta vida encuentren el perdón por sus pecados y esperanza de resurrección eterna.

Nuevo Testamento
Hay varios pasajes en el Nuevo Testamento que apuntan a un proceso de purificación después de la muerte. Es por esto que Jesucristo declara (Mt. 12,32) "Y quien hable una palabra contra el Hijo del Hombre, será perdonado: pero aquel que hable una palabra contra el Espíritu Santo, no será perdonado ni en este mundo ni en el que vendrá".

De acuerdo con San Isidoro de Sevilla (Deord. creatur., c. XIV, n. 6) estas palabras prueban que en la próxima vida "algunos pecados serán perdonados y purgados por cierto fuego purificador".

San Agustín también argumenta, "que a algunos pecadores no se les perdonarán sus faltas ya sea en este mundo o en el próximo no se podría decir con verdad a no ser que hubieran otros (pecadores) a quienes, aunque no se les perdone en esta vida, son perdonados en el mundo por venir". (De Civ. Dei, XXI, XXIV).

San Gregorio Magno (Dial., IV, XXXIX) hace la misma interpretación; San Beda (comentario sobre este texto) y San Bernardo (Sermo LXVI en Cantic., n.11) también lo entienden así.

Un nuevo argumento es dado por San Pablo en 1 Cor. 3,11-15: "Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. [14] Si lo que has construido resiste al fuego, serás premiado. [15] Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar.Se salvará, pero no sin pasar por el fuego".

Este pasaje es visto por muchos de los Padres y teólogos como evidencia de la existencia de un estado intermedio en el cual el alma purificada será salvada.

Tradición

El testimonio de la Tradición. es universal y constante. Llega hasta nosotros por un triple camino:
1) La costumbre de orar por los difuntos privadamente y en los actos litúrgicos;
2) Las alusiones explícitas en los escritos patrísticos a la existencia y naturaleza de las penas del purgatorio;
3) Los testimonios arqueológicos, como epitafios e inscripciones funerarias en los que se muestra la fe en una purificación ultraterrena.
Esta doctrina de que muchos que han muerto aún están en un lugar de purificación y que las oraciones valen para ayudar a los muertos es parte de la tradición cristiana más antigua.

Tertuliano (155-225) en "De corona militis" menciona las oraciones para los muertos como una orden apostólica y en "De Monogamia" (cap. X, P. L., II, col. 912) aconseja a una viuda "orar por el alma de su esposo, rogando por el descanso y participación en la primera resurrección"; además, le ordena "hacer sacrificios por él en el aniversario de su defunción," y la acusó de infidelidad si ella se negaba a socorrer su alma. 

Del siglo II se conservan ya testimonios explícitos de las oraciones por los difuntos. Del siglo III hay testimonios que muestran que es común la costumbre de rezar en la Misa por ellos.

San Cirilo de Jerusalén (313-387) explica que el sacrificio de la Misa es propiciatorio y que "ofrecemos a Cristo inmolado por nuestros pecados deseando hacer propicia la clemencia divina a favor de los vivos y los difuntos" (Catequesis Mistagógicas 5,9: PG 33,1116-1117).

San Epifanio estima herética la afirmación de Aerio según el cual era inútil la oración por los difuntos (Panarión, 75,8: PG 42,513).

Refiriéndose a la liturgia, comenta San Juan Crisóstomo (344-407): "Pensamos en procurarles algún alivio del modo que podamos... ¿Cómo? Haciendo oración por ellos y pidiendo a otros que también oren... Porque no sin razón fueron establecidas por los apóstoles mismos estas leyes; digo el que en medio de los venerados misterios se haga memoria de los que murieron... Bien sabían ellos que de esto sacan los difuntos gran provecho y utilidad..." (In Epist. ad Philippenses Hom., 3,4: PG 62,203).

Y San Agustín (354-430): "Durante el tiempo que media entre la muerte del hombre y la resurrección final, las almas quedan retenidas en lugares recónditos, según es digna cada una de reposo o de castigo, conforme a lo que hubiere merecido cuando vivía en la carne. Y no se puede negar que las almas de los difuntos reciben alivio por la piedad de sus parientes vivos, cuando por ellas se ofrece el sacrificio del Mediador o cuando se hacen limosnas en la Iglesia" (Enquiridión, 109-110: PL 40,283).

Escribe San Efrén (306-373) en su testamento: "En el trigésimo de mi muerte acordáos de mí, hermanos, en las oraciones. Los muertos reciben ayuda por las oraciones hechas por los vivos" (Testamentum).

Entre los testimonios arqueológicos, se encuentra el conocido epitafio de Abercio. En este epitafio leemos: "Estas cosas dicté directamente yo, Abercio, cuando tenía claramente sesenta y dos años de edad. Viendo y comprendiendo, reza por Abercio". Abercio era un cristiano, probablemente obispo de Ierápoli, en Asia menor, que antes de morir compuso de propia mano su epitafio, es decir la inscripción para su tumba. Se puede fácilmente comprender cómo la Iglesia primitiva, la Iglesia de los primeros siglos, creía en el Purgatorio y en la necesidad de rezar por las almas de los difuntos

"Ofrecer el sacrificio por el descanso de los difuntos -escribía San Isidoro de Sevilla (560-636)- ... es una costumbre observada en el mundo entero. Por esto creemos que se trata de una costumbre enseñada por los mismos Apóstoles. En efecto, la Iglesia Católica la observa en todas partes; y si ella no creyera que se les perdonan los pecados a los fieles difuntos, no haría limosnas por sus almas, ni ofrecería por ellas el sacrificio a Dios" (De ecclesiasticis officiis, 1,18,11: PL 83,757).